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El Consejo Social de la UC3M ha otorgado los premios TFG Emprende 2016 que este año cumplen su segunda edición. En esta ocasión, el primer premio, con una dotación de 12.000 euros, ha recaído en Jorge Trincado, por su proyecto “Sistema domótico de mantenimiento de piscinas”.  Celia García-Rubio ha sido la ganadora del segundo premio, con una dotación de 8.000 euros, por su trabajo “LoveApp; un juego para dos”.

Con estos galardones la UC3M premia trabajos de fin de grado con marcada vocación emprendedora que previamente han obtenido el certificado TFG-Emprende, con el que la universidad acredita a los proyectos que se distinguen por su innovación en el ámbito del emprendimiento y que implican el uso o desarrollo de nuevas tecnologías.

 

JORGE TRINCADO
Graduado en Doble Grado en Informática y Administración de Empresas por la UC3M

Jorge Trincado¿En qué consiste tu proyecto?, ¿por qué te decidiste a trabajar en él?

He desarrollado un sistema informático capaz de automatizar todo el proceso de mantenimiento de piscinas domésticas, que reduce mucho estas tareas y permite tener el agua en perfectas condiciones aún sin tener los conocimientos necesarios para ello. Además, el sistema tiene integración con Thinger.io, una plataforma de “Internet of Things”, que facilita todo el proceso de conexión a Internet para recuperar información de la red, controlar la depuradora y monitorizar su estado por medio de cualquier ordenador o smartphone. Esto es algo que ha llamado mucho la atención de los que han visto el proyecto, a pesar de que resultó ser uno de los apartados más fáciles de desarrollar.

Decidí realizar este proyecto tras llevar años observando cómo mi padre pasaba horas metido en el cajón de la depuradora y comprender que existe una necesidad que el mercado actual de equipos de depuración no cubre (al menos a un precio lógico). El proyecto suponía todo un reto porque implicaba desarrollar una placa base con varias características especiales, crear un programa que manejara un elevado número de sensores, variables, estados, etc. y realizar la integración con Internet de una  forma práctica y fácil para cualquier persona.  También había que tener en cuenta un montón de variables y preparar un programa con otro montón de funcionalidades que permitieran automatizar todo el proceso. Además, no existe ninguna computadora que integre todos los sensores y puertos que yo necesitaba a un precio asequible, así que me lancé a desarrollarla yo mismo.

¿Crees que es un proyecto de fácil aplicación, con posibilidad de negocio en España?

Es un proyecto aplicable al cien por cien. En España hay registradas 1,5 millones de piscinas particulares o de pequeñas comunidades de vecinos, cuyo mantenimiento supone un elevado gasto de  tiempo y dinero. Este sistema reduciría significativamente los costes y es compatible con prácticamente la totalidad de las piscinas, gracias a que el diseño es modular y se puede adaptar a instalaciones de diferentes medidas con un tiempo de montaje o adaptación del sistema bastante corto (entre 4 y 6 horas). El mercado de los productos de piscinas es “terreno abonado” para el emprendimiento, dado que trabaja con un margen de beneficio bastante elevado en casi todos sus sectores. Esto facilita la entrada de nuevas empresas y aplicar campañas de precios u ofertas bastante agresivas que permitan atraer la atención del público rápidamente y así reducir los costes de producción.

La dificultad principal del proyecto es lograr la homologación obligatoria para productos relacionados con la electricidad que, en el apartado de las piscinas, es particularmente estricto debido al riesgo que supone para las personas trabajar con dispositivos eléctricos en un entorno de tanta humedad o en contacto directo con agua. Actualmente trabajo en mejorar las características del prototipo para hacerlo incluso más fiable de lo que exige esta normativa.

¿Cómo ves la situación de los emprendedores en España?

Este es un tema delicado. Seguro que todo el que haya pensado en trabajar por cuenta propia coincidirá conmigo en que los costes del alta, IRPF y demás, son tan elevados que hacen peligrar la rentabilidad de muchos proyectos, especialmente al principio. Han empezado a aparecer soluciones para ayudar en los primeros años, pero son meros parches.

Otro gran problema es conseguir financiación. Mi proyecto no requiere una gran inversión inicial ni tiene unos costes fijos elevados, gracias a que diseñé una cadena de valor desintegrada en la que se subcontratan la mayoría de los servicios y permite ajustar muy bien los gastos al volumen de ventas con el que se está trabajando. No obstante, siempre se hace necesario capitalizar un poco la empresa para darle un empujón (sobre todo al principio), ya sea para invertir en gastos no recuperables como publicidad o en patentes, homologaciones, etc. Por suerte, existen muchas iniciativas como el TFG Emprende que no sólo ayudan económicamente a estos proyectos, sino que suponen un respaldo para la idea y el plan de empresa de cara a solicitar financiación en alguna institución o por medio del crowdfunding.

¿Te planteas poner en marcha un proyecto empresarial al finalizar tus estudios?

Claro que sí. Creo firmemente en la viabilidad comercial del producto. No obstante, mi intención es crear una empresa con algo más de gama, dado que he comprendido que basar toda la actividad de una empresa en la comercialización de un solo producto es algo complicado y poco consistente. Actualmente, además de en el proyecto original, trabajo en otros dispositivos similares muy enfocados al desarrollo del “Internet of Things”, que seguro resultarán muy interesantes para un conjunto mayor de clientes.

 

CELIA GARCÍA-RUBIO
Graduada en Administración y Dirección de Empresas por la UC3M

Celia García-Rubio¿En qué consiste tu proyecto?, ¿por qué te decidiste a trabajar en él?

LoveApp es una aplicación móvil para parejas que buscan intensificar sus relaciones, evitando caer en la monotonía y el aburrimiento. A través de un juego desafiante, LoveApp busca mantener viva la chispa que unió a las parejas y permitirles salir de la rutina de la relación.

La app invita a los usuarios a desempeñar distintas acciones interactivas  con sus parejas, quienes posteriormente evaluarán la planificación y desarrollo de la misma a través de un sistema de puntuación. LoveApp quiere ofrecer motivos para dedicar tiempo a la relación de pareja y hacer todo eso que, por falta de tiempo, motivación o prejuicios, no haríamos. Su fin es lúdico, pero también social, ya que una buena relación de pareja tiene como consecuencia el bienestar emocional de ambos miembros.

La idea original de LoveApp nació en 2014 en una actividad organizada por Start UC3M, la asociación de estudiantes de la Carlos III de la que he formado parte durante mi paso por la universidad. Fui trabajando y dando forma al proyecto durante los años siguientes, haciendo uso de lo aprendido en diferentes clases como Derecho Mercantil, Creación de Empresas o Innovación y Cambio Tecnológico. El formar parte de Start UC3M también me permitió conocer a muchos expertos que me aconsejaron y que se convirtieron en mentores; y así, poco a poco, en mis ratos libres, fui pivotando y moldeando el proyecto que finalmente presenté ante el Consejo Social.

El proyecto de LoveApp ha formado parte de mi aprendizaje a lo largo de estos años, es parte de mí. Estoy convencida de que tiene un gran potencial y es eso lo que me empujó a seguir apostando por él.

¿Crees que es un proyecto de fácil aplicación, con posibilidad de negocio en España?

LoveApp es un proyecto muy ambicioso y hace falta un equipo multidisciplinar y mucho dinero, tanto para iniciarlo como para poder mantenerlo. Me gustaría decir que sería posible sacarlo adelante en España, pero el coste laboral de ese equipo de profesionales cualificados, de inicio, hace complicado pensar en su puesta en marcha en este momento. Pero prefiero ser optimista y creer que en unos años será más sencillo comenzar proyectos como este.

¿Cómo ves la situación de los emprendedores en España?

Está demostrado que en España hay talento, y mucho. Durante estos cuatro años he conocido muchísima gente con un potencial y una energía increíbles. En Madrid, existen asociaciones que potencian esa proactividad y alimentan el “gusanillo emprendedor” de los jóvenes. No hace falta irse muy lejos para encontrar estas iniciativas: La red Start, por ejemplo, está formada por estudiantes de diferentes universidades que organizan talleres, ponencias y jornadas orientadas al emprendimiento (existen Start UC3M, Start Comillas, y Start URJC) o los premios del Consejo Social, que premian el esfuerzo de los estudiantes emprendedores invirtiendo en sus ideas.

Sin ninguna duda, en los últimos años el ecosistema emprendedor en España se ha multiplicado de manera exponencial y hay muchos jóvenes con capacidad, formación y entusiasmo suficiente para establecer, sino una gran empresa, sí su propio puesto de trabajo, creando así riqueza y tejido empresarial en nuestro país. Lamentablemente, cuando decides “lanzarte a la piscina” no encuentras nada más que restricciones y trabas. La burocracia, los mil trámites y tasas para poder comenzar, los impuestos desde el primer momento y la falta de apoyo a los emprendedores desaniman a muchos de nosotros. En este momento, tener una empresa en España es muy caro, ¡trabajar es muy caro!

Es una pena que no se incentive el emprendimiento facilitando los tramites de creación y, sobre todo, restando presión fiscal en los primeros años.  Debería de ser posible dar un tiempo para reinvertir los primeros beneficios en la propia empresa como ocurre en otros países, en lugar de tener que empezar a pagar antes incluso de cobrar la primera factura.

Mi historia es en parte la consecuencia de este panorama. Me empapé todo lo que pude durante años: formé parte de asociaciones, iba a eventos de emprendimiento todas las semanas, trabajé en una aceleradora, hice contactos del “mundillo” en todo Madrid… En fin, que no estuve quieta. Sin embargo, acabé creando mi empresa en el Reino Unido, donde existe un sistema mucho más liberal que permite que cualquier persona pueda poner en marcha sus iniciativas de una forma sencilla y rápida.

¿Te planteas poner en marcha un proyecto empresarial al finalizar tus estudios?

Durante mi último año en la universidad creé Scent&Colour, una empresa de distribución de perfumes naturales, jabón artesano y bombas de baño de fabricación española en Inglaterra. Durante los primeros 6 meses lo hice todo a través de una e-commerce que diseñé y programé yo misma. Una vez terminada la carrera abrí la primera tienda física en el sur de la isla. Hasta ahora ha sido un éxito. El premio del TFG Emprende lo voy a invertir en la expansión de esta empresa, un proyecto real y seguro que ha demostrado su alta rentabilidad en los primeros meses de andadura.

Emprender ha supuesto un gran esfuerzo y, sobre todo, mucho trabajo, pero es increíblemente satisfactorio. Empezar a ganar dinero con tu propia empresa, gracias a tu tesón y capacidad, es algo que merece la pena experimentar. Ser el capitán del barco, tomar decisiones que tendrán un impacto directo, crear empleo, no tener límites… ¿Hay algo más excitante?