La mirada del flâneur: Errancia y cultura digital

La mirada del flâneur: Errancia y cultura digital

La segunda de las “Variaciones” del Programa Conjuntos, que la UC3M desarrolla con el apoyo de la Fundación Daniel y Nina Carasso, tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid bajo el título “La mirada del flâneur: Errancia y cultura digital”.

Artistas y académicos debatieron sobre las metamorfosis de esta figura tan benjaminiana, pero también tan propia de Cervantes,  Rousseau o Walser, por mencionar sólo a unos pocos, como es la del paseante o flâneur. Imagen de pensamiento, alegoría de la forma crítica o artística, representación de una mirada o de un método, fundación de una retórica, el flâneur es  puro límite del que surgen los territorios de la representación, tanto analógicos como digitales.

Los participantes en la mesa redonda, el catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la UC3M, Fernando Broncano; el pintor Jordi Teixidor y el fotógrafo y cineasta Nicolás Combarro, nos concedieron estas breves pero inspiradoras palabras al finalizar la sesión.

El Moot Madrid celebra su X aniversario

El Moot Madrid celebra su X aniversario

El Moot Madrid, la Competición Internacional de Arbitraje  y Derecho Mercantil que cada año coorganizan la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI), ha celebrado este año su X edición.

El objetivo principal del Moot es potenciar el conocimiento de los textos del Derecho Uniforme, aumentar el uso del arbitraje comercial y fomentar el uso del español en las transacciones internacionales entre los futuros abogados.

Durante  cinco días se desarrollaron más de 55 audiencias en 13 localizaciones diferentes, con la participación de 27 equipos de diez nacionalidades y  la presencia de más de 160 árbitros. En esta edición, el primer premio recayó en el equipo de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Con motivo de la celebración de esta X edición, entrevistamos  a Pilar Perales y a Rafael Illescas, catedráticos de Derecho Mercantil en la UC3M y directora y presidente de honor del Moot Madrid, respectivamente; y a Tatiana Arroyo, profesora de Derecho Mercantil de la UC3M y subdirectora del Moot.

ERC Grants UC3M: Tobías Koch

ERC Grants UC3M: Tobías Koch

Continuando con la serie de entrevistas a investigadores que disfrutan de una ERC Grant en la UC3M, entrevistamos en esta ocasión a Tobías Koch, adjudicatario de dicha ayuda en la convocatoria Consolidator Grant 2016 por el proyecto LOLITA (Information Theory for Low-Latency Wireless Communications; Teoría de la información para comunicaciones inalámbricas de baja latencia).

Con este proyecto de investigación, Koch busca establecer un marco teórico para describir las compensaciones fundamentales en las comunicaciones inalámbricas de baja latencia que permitan  diseñar nuevos sistemas utilizando recursos como el ancho de banda o la energía de la manera más eficiente. El objetivo es que las comunicaciones inalámbricas del futuro sean más rápidas y eficientes.

Tobias Koch  es doctor en Ingeniería Eléctrica por la ETH Zurich (Escuela Politécina Federal de Zúrich). De 2010 a 2012 desarrolló su labor investigadora en la Universidad de Cambridge con una beca de investigación intraeuropa Marie Curie. Es miembro de la IEEE Information Theory Society.

El proyecto LOLITA, que arrancó el 1 de marzo de 2017, con una duración prevista de cinco años, recibe financiación del Consejo Europeo de Investigación (European Research Council, ERC) en el marco del programa de investigación e innovación Horizon 2020 de la Unión Europea (acuerdo número 714161).

Las ERC Grants, otorgadas por el Consejo Europeo de Investigación, se conceden a investigadores excelentes de cualquier nacionalidad que desempeñen su labor en centros de investigación situados en estados miembros.

Estudiantes internacionales en la Universidad Carlos III de Madrid

Estudiantes internacionales en la Universidad Carlos III de Madrid

Con motivo de la Feria Internacional UC3M 2018, principal foro de encuentro de estudiantes españoles e internacionales de la Universidad y en el que se celebra la diversidad cultural y lingüística, hemos entrevistado a algunos de los participantes para conocer de primera mano su experiencia internacional.

En la última década, la movilidad internacional en la UC3M se ha incrementado considerablemente. Antes de la implantación del Plan Bolonia (2007/08), llegaban a la UC3M 471 estudiantes internacionales.

Desde entonces, el alumnado de otros países ha experimentado un crecimiento constante hasta alcanzar los 1.803 estudiantes que han llegado a la UC3M en el curso académico 2017/18 a través del programa Erasmus + y del programa propio de Movilidad No Europea (MNE). Esto también ha afectado a los estudiantes españoles que salen al extranjero, que han pasado de 398 a 1.382 en dicho periodo.

Voluntariado e iniciativas intergeneracionales

Voluntariado e iniciativas intergeneracionales

La UC3M colabora con la Fundación Gregal en el Programa Duplo, en el que participan 25 estudiantes de grado de la Universidad. El objetivo de esta iniciativa es contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas mayores en residencias de la Comunidad de Madrid, compartiendo su tiempo con estudiantes.

Los estudiantes seleccionados reciben una formación teórico-práctica en estimulación funcional y cognitiva a cargo de médicos, geriatras y rehabilitadores del Hospital de Móstoles.

Paseos, lecturas, juegos de mesa, conversación, ejercicios mnemotécnicos o manualidades, son algunas de las actividades que realizan. Todos los estudiantes coinciden en que la experiencia ha sido enriquecedora y ha mejorado sus habilidades sociales y comunicativas. La capacidad de adaptarse a nuevas situaciones y el trabajo en equipo son herramientas que  pueden utilizar en otras facetas de su vida.

Sara  Mancebo, estudiante de tercer año del grado en Periodismo y Daniel Nogués, que cursa el cuarto año del grado en Ingeniería Eléctrica, son voluntarios en la residencia Vitalia de Leganés y ambos valoran muy positivamente esta experiencia.

Sara Mancebo e isabel Bonilla

Sara Mancebo e Isabel Bonilla.

SARA MANCEBO
Estudiante de 3er curso de Periodismo en la UC3M. Voluntaria en la residencia Vitalia de Leganés.

¿Habías sido voluntaria en otras ocasiones? ¿Dónde?
Sí, ya había hecho voluntariado antes, aunque nunca con personas mayores. La primera vez fue en el verano de 2014 en la embajada de Palestina. Estuve yendo unos cuantos días para echar una mano con la clasificación y empaquetado de material sanitario. También participé dos años en la Gran Recogida que organiza el Banco de Alimentos en Navidad, recogiendo comida en el supermercado de mi barrio.
Con ancianos, sin embargo, este ha sido mi primer voluntariado. Antes de empezar en el programa, la experiencia con mis abuelos y mis dos tías abuelas era el único contacto que había tenido con gente mayor.

¿Qué crees que aportas a los mayores con los que te relacionas a través del programa? ¿Y ellos a ti?
Yo creo que lo que más valoran los ancianos es el tiempo que les dedicamos. Ellos pasan allí todo el día, muchos ni siquiera pueden salir a la calle sin que alguien les acompañe, y los que no tienen familia ni siquiera reciben visitas. Agradecen muchísimo que pases un rato con ellos, que escuches sus anécdotas; sentirse queridos, al fin y al cabo. Además hacemos actividades que les entretienen y les hacen pensar, lo cual  supone todo un reto para ellos y les hace sentirse útiles.
Otra cosa muy importante que creo que les aportamos es cierta conexión con el mundo actual; para muchos de ellos la residencia es una especie de micro mundo y su vida se limita a lo que pasa allí dentro, no tienen conocimiento de lo que ocurre en el exterior. Nosotros leemos el periódico con ellos, comentamos las noticias de actualidad, les contamos cosas de la universidad y de cómo funciona la vida moderna, en general.
Además, en muchos casos, se aprecia una gran mejoría a lo largo del programa. Por ejemplo, la sobrina de Julia, una de las ancianas con más deterioro cognitivo, nos comentaba que desde que empezó a venir con nosotros está mucho más contenta y no deja de cantar a todas horas.
A mí, personalmente, me parece un trabajo enormemente gratificante. Saber que estoy ayudando a esas personas a ser un poquito más felices, aunque solo sea un rato al día, es algo muy enriquecedor. Me gusta interesarme por ellos, escucharles, que noten que hay alguien que se preocupa por ellos y que aun tienen algo que aportar. Además aprendo mucho con ellos; aparte de que la experiencia es un grado, nos enseñan refranes, adivinanzas e incluso juegos de mesa como el Rummikub.

¿Tienes alguna anécdota o momento que recuerdes especialmente?
Uno de los momentos que más me han marcado del programa fue con Pablo, uno de los ancianos que tuvimos en el primer grupo. Él es un hombre estupendo y, a pesar de ser muy mayor, está fenomenal; ingresó en la residencia para estar con su mujer, que sufre las secuelas de un ictus que tuvo hace unos años. Era viernes, y como toca ese día, íbamos a ver una película con los ancianos. Pablo apareció empujando la silla de ruedas de su mujer y nos dijo que la traía al programa para no dejarla sola, ya que no habían llegado sus hijos todavía para quedarse con ella. Después de presentárnosla  nos estuvo contando que llevan sesenta y tres años casados, y que cómo no va a cuidar de ella, ahora que le necesita, si es el tesoro de su vida. Ver a una persona dispuesta a sacrificar por su mujer los últimos años de su vida fue para mí una gran lección de amor y lealtad.

Daniel Nogués y Pilar Cerdá

Daniel Nogués y Pilar Cerdá.

DANIEL NOGUÉS
Estudiante de 4º curso de Ingeniería  Eléctrica en la UC3M.  Voluntario en la residencia Vitalia de Leganés.

¿Por qué decidiste participar en este programa?
Hago voluntariado con niños de primaria un día a la semana. Doy un apoyo socioeducativo a niños en riesgo de exclusión social y participando en este voluntariado me he dado cuenta de la importancia que tiene el trato humano, al menos para mí, ya que  me gusta mucho trabajar con gente.
Cuando me enteré de esta convocatoria me llamó la atención, porque se trataba de realizar algo parecido a lo que hago con niños, ya que muchos de los  talleres y juegos de mesa destinados a los niños  podían ponerse en práctica con las personas mayores, sólo había que cambiar la parte educativa e introducir  una parte de ejercicios físicos.
A pesar de que es algo que haría gratis, la  dotación económica con la que cuenta el programa,  que me sirve de ayuda en mis estudios, hizo que no me lo pensara dos veces.

¿Qué te ha aportado este programa?
Me ha aportado muchas risas y el poder conocer a mis compañeros de residencia, que son geniales. He aprendido muchísimo de la diferencia cultural que existe entre los jóvenes y las personas mayores,  de nuestros distintos puntos de vista. Son personas que tienen toda una vida a su espalda y saben de todo. Un día te cuentan curiosidades de su ciudad natal, de cómo se vivía antes, cómo eran los colegios, a qué jugaban, cómo pasaban el tiempo libre… o cosas más actuales en las que tú no te has parado a pensar porque nunca les has dado importancia.
He aprendido curiosidades, a jugar a juegos de mesa nuevos y, sobre todo, he aprendido a empatizar con unas personas con las que antes de realizar el voluntariado me costaba mucho, porque no compartía sus ideas. Al final he descubierto que no somos tan diferentes.

¿Qué es lo mejor de compartir tu tiempo con los mayores? ¿Tienes algún recuerdo especialmente significativo?
Lo mejor es que lo pasamos genial. Son un grupo muy dinámico, participativo y nos reciben siempre con ganas y no se cierran en banda a ninguna actividad,  pese a las limitaciones de su edad. Cuando eres recibido con tanta ilusión y ves que están deseando que llegues  para hacer con ellos algún ejercicio o taller, es algo que emociona.
El mejor recuerdo que me viene a la cabeza es cuando nos despedimos del primer grupo de ancianos al acabar el primer cuatrimestre (les seguimos viendo y saludando siempre que vamos). Organizamos una fiesta con música, estuvimos un par de semanas ensayando una coreografía, y ese día hasta trajeron algo para merendar. La canción que elegimos era una actual, con ritmos mucho más movidos que las canciones de su época, pero la bailaron entusiasmados y la disfrutaron como nadie. Nos lo pasamos super bien entre todos. La despedida y cambio de grupo de ancianos fue un poco triste y hoy los recuerdo con un poco de nostalgia. Cuando acabe junio y finalice  el programa sé que me sentiré  triste de verdad, pero prefiero no pensar en ello aún.