Susanne Linke

Los bailarines y coreógrafos Susanne Linke y Rui Horta participaron en un encuentro organizado por la UC3M el pasado 10 de marzo. Durante el acto, moderado por el escritor y también coreógrafo Norbert Servos, Linke y Horta mantuvieron una conversación abierta al público asistente que tuvo la oportunidad de formular preguntas a dos de los coreógrafos más reconocidos internacionalmente y que más han influido en la danza contemporánea.

En esta entrevista, acompañada de un texto introductorio de Mateo Feijóo sobre el Teatro-Danza, Susanne Linke y Rui Horta nos hablan de sus inicios en el mundo de la danza y de la evolución de sus propios lenguajes artísticos.

Teatro-danza. Breve encuadre
Por Mateo Feijóo, director del Centro Internacional de Artes Vivas

Pina Bausch se convirtió en el referente del teatro-danza cuando formula la máxima “no me interesa tanto cómo se mueven las personas, sino aquello que las mueve”. Pero fue Kurt Joss, el creador de la Green Table, en los años 20, el que utiliza por primera vez el término teatro-danza, si bien este no se consolida como estilo y forma de trabajo hasta los años 60.

El teatro-danza implica crear una nueva gramática en torno al cuerpo y al movimiento. Esta nueva gramática no rechaza las tradiciones de la danza, sino que las expande dirigiéndolas a nuevos territorios. Analiza la danza pura y absoluta con un espíritu crítico para traducirla en imágenes teatrales llenas de crítica social y con elementos realistas. Los bailarines cantarán y hablarán, llevarán las discusiones políticas de aquellos años a las compañías de ballet, reaccionando con sus obras ante las revueltas sociales y estudiantiles del momento.

La evolución de la danza moderna al teatro-danza no surge de manera aislada, sino como parte de una evolución general que tuvo lugar en los grupos de danza en Alemania desde la segunda mitad de los años sesenta.

El teatro-danza alemán sirve de punto de encuentro para coreógrafos de muy distintas procedencias y nacionalidades: suizos, escoceses, austríacos, japoneses, portugueses… Todos ellos con una motivación común que sería el interés por el ser humano y sus más íntimas motivaciones antes que el movimiento puro. Pero los protagonistas no se alinean siguiendo un único criterio. Combinan agitación con tranquilidad, tumulto con soledad, alegría con tristeza, estática con movimiento… Los coreógrafos del teatro-danza recolectan movimientos y modos de comportamiento triviales, cotidianos; podríamos decir que es menos lo que inventan que lo que descubren. La danza que surge en estas circunstancias se basa completamente en las experiencias personales de los coreógrafos y varía mucho de unos a otros.

Susanne Linke, Rui Horta y Norbert Servos.

Susanne Linke, Norbert Servos y Rui Horta en el Campus Madrid-Puerta de Toledo de la UC3M

En medio de este contexto surge la figura de Susanne Linke, superviviente de una generación irrepetible, en su trayectoria reúne la herencia de la danza expresionista alemana y el teatro-danza contemporáneo. Se formó en Berlín con Mary Wigman, pionera de la danza expresionista. Y de 1970 a 1973 formó parte del Folkwang Tanzstudio con Pina Bausch, al tiempo que comenzaba a crear sus primeras coreografías.

En pocos años alcanzó reconocimiento internacional con sus solos. Su trabajo se caracteriza por la investigación constante, lo que la convierte en un referente para los coreógrafos actuales. En sus trabajos combina la actitud crítica con la belleza formal. La pasión, la belleza y el deseo de transmitir el legado del teatro-danza la convierte en una fuente imprescindible en la actualidad.

Fuente texto: Experimentar lo que conmueve al ser humano. Treinta años de teatro-danza en Alemania. Jochen Schmidt