La base de datos elaborada por el equipo investigador ha sido incuida en el Portal Hispana, que recopila todas las colecciones digitales culturales de España e informa al Portal Europeana de la Unión Europea, plataforma digital que da acceso al mayor contenido documental y audiovisual sobre patrimonio y cultura de Europa.
¿Qué aspectos diferenciadores se derivan de ofrecer hechos históricos online respecto de un soporte tradicional?
Las diferencias entre el soporte tradicional y el nuevo soporte digital son numerosas. Los hechos históricos transmitidos por la vía digital permiten la consulta universal, ilimitada, el acceso rápido a los mismos y su reproducción. Diríamos que son ventajas de carácter técnico que facilitan el trabajo de los investigadores y abaratan costes. Hay otras de carácter metodológico, por ejemplo que en la documentación digitalizada se pueden hacer búsquedas concretas de personajes, localidades o hechos relevantes sin tener que leer los documentos completos. Esto representa una mejora en la exploración de documentos seriados como boletines o prensa histórica. Además, es posible descargar la información y organizarla fácilmente según los objetivos que se hayan determinado. Gracias a esta posibilidad se pueden construir bases de datos propias donde incorporar estas fuentes de archivo, utilizarlas y reutilizarlas para trabajos posteriores. Es decir, el soporte digital permite construir nuevas fuentes –que pueden ser mapas virtuales, bases de datos, catálogos, etc.– para el uso de equipos de investigación o de la comunidad académica. Por último, es posible relacionar unas fuentes con otras, estableciendo grandes redes de contenidos que proporcionan una información más completa y exhaustiva.
El soporte tradicional, en cambio, brinda la oportunidad de comprobar los aspectos de lo original y material, que no es poco. Dependiendo de la investigación puede ser necesario comprobar el lugar donde esté situado y catalogado un determinado documento, la calidad técnica, y qué duda cabe, tiene el indudable atractivo de ser percibido con la vista, el tacto e incluso el olfato. A los historiadores les gusta ver la fuente original, pero la ventaja de lo digital es indiscutible.
¿A qué retos se enfrentan los historiadores a la hora de construir una historia digital?
La denominada historia digital se encuentra en el gran marco de las humanidades digitales y con ellas comparte dificultades para su extensión y aplicación. Diría que un reto fundamental es la necesidad de asumir la realidad de la interdisciplinariedad, es decir, de trabajar conjuntamente con otras disciplinas como la informática y la comunicación, las dos columnas sobre las que se asienta la práctica de la historia digital. Y no sólo trabajar desde la interdisciplinariedad, sino que se necesita formación en estas disciplinas. En primer lugar, en conocimientos básicos informáticos, como programación elemental, HTML, etc. En segundo lugar, en el lenguaje de las nuevas tecnologías. El conocimiento del vocabulario es fundamental para entender qué queremos decir y hacer y, aunque parezca un asunto menor, representa un reto importante para muchos que desconocen el significado de vocablos habituales en el ámbito digital. En tercer lugar, en la comunicación. En la historia digital es imprescindible conocer los mecanismos de producción de los denominados cibermedios, el modo en que se realizan las visualizaciones, cómo se realiza la mediación de la historia, el significado de las imágenes, de las representaciones multimediáticas, de las características de los medios digitales, como los hipervínculos o la interactuación. Por lo demás hoy día existe mucho software en Open Acces y el uso del mismo no representa un reto, podríamos decir, económico.
¿Qué método y documentación utilizáis a la hora de analizar cómo se representa el pasado en las plataformas de internet?
Creo que habría que distinguir primero entre las fuentes digitalizadas de archivos históricos tradicionales y las fuentes nacidas digitales que se encuentran en la Red. Los métodos son diferentes para cada caso. Tal como se concibe la historia digital y las humanidades digitales en la actualidad, lo más frecuente es trabajar con las fuentes analógicas digitalizadas. El método es igual que el tradicional, un proceso en el que hay que delimitar los objetivos, el objeto de estudio, las hipótesis, y el resto de fases del método científico. Varía la metodología, puesto que con fuentes digitalizadas las búsquedas y el modo en que se abordan los textos se realizan de un modo diferente. La organización de los resultados se hace también de otro modo, por ejemplo, con el uso del software que proporciona Zotero para guardar y clasificar la información, Refworks o cualquier otro gestor bibliográfico.
En lo que respecta al análisis de cómo se representa el pasado en las fuentes nacidas digitales, y, por tanto, en el universo de formatos existentes en la Red, es un tema más complejo. Obviamente una investigación con estas fuentes requiere también del proceso del método científico que establece los objetivos, la muestra, el marco teórico, las hipótesis, etc. Pero presenta dificultades añadidas a su carácter interactivo, hipervinculado y multimediático. En primer lugar, hay que saber las características de dichas fuentes, como una página web, un blog o una cuenta en Twitter, entre otras posibles. Y, en segundo lugar, es necesario utilizar técnicas de investigación digital específicas, desde la elaboración de taxonomías con palabras clave que permitan trabajar con motores de búsqueda, hasta la creación de bases de datos con los recursos encontrados. El pasado se representa en Internet de muy diferentes maneras que exigen metodologías de la historia, pero, sobre todo, como mencionaba antes, de metodologías propias de otras disciplinas, como el análisis de contenido, la observación online, la netnografía virtual, el scraping, el análisis de los hipertextos y los hipervínculos, etc. Es un pasado “mediado” por las tecnologías informáticas y de la comunicación y, en consecuencia, a la síntesis histórica tradicional hay que añadir otras técnicas. En cualquier caso, hoy día se asume que la investigación en Internet tiene un carácter exploratorio y no exhaustivo puesto que el denominado “archivo infinito” por el momento así lo exige.