“Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada”, escribía Antonio Machado.
El corazón es un órgano vital, pero también es símbolo de pasión, metáfora, institución cultural. “Le ha roto el corazón”, se dice.
Hemos querido recorrer, desde la ingeniería hasta la medicina, pasando por la archivística, la historia o el cine, los avatares de esta palabra-órgano a través de investigadores de la UC3M.
Mecánica de Fluidos
Ingeniería y medicina combinan esfuerzos para entender cómo funciona el corazón y desarrollar nuevas herramientas para prevenir y curar enfermedades. Este es el objetivo del consorcio de investigación PREFI-CM de la UC3M y del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (HGUGM). Este proyecto científico, que cuenta con financiación de la convocatoria de Proyectos Sinérgicos de la Comunidad de Madrid, está conformado por cardiólogos e ingenieros dedicados a crear nuevas herramientas para evaluar el riesgo de accidente cerebrovascular.
“Nuestro grupo explota la sinergia entre las capacidades clínicas y técnicas del Departamento de Cardiología del HGUGM y la experiencia en mecánica de fluidos del Computational Fluid Dynamics Lab (CDF Lab) de la Universidad”, indica el profesor Óscar Flores, del Departamento de Bioingeniería de Ingeniería Aeroespacial de la UC3M, que explica que el objetivo es personalizar la predicción del riesgo embólico en el corazón izquierdo, analizando el flujo intracardiaco. Realizar este análisis usando únicamente técnicas de imagen médica es complicado, según los expertos. En PREFI-CM proponen combinar imagen médica (para obtener la anatomía y el movimiento del corazón) con simulación numérica de mecánica de fluidos para determinar el flujo de sangre en las cámaras cardiacas de cada individuo. “El análisis de los procesos de transporte de la sangre en aproximadamente 200 pacientes nos permitirá desarrollar y probar métricas sencillas para evaluar el riesgo embólico en entornos clínicos”, señala otro de los investigadores que participa en el proyecto, Manolo García Villalba, del CDF Lab de la UC3M.
El desarrollo de estas nuevas herramientas puede ser determinante para solucionar diversos problemas cardiovasculares. Tras la cardiopatía isquémica, el ictus es la segunda causa de muerte en países desarrollados, y un tercio de ellos están causados por la formación de un trombo en el interior del corazón. “En ausencia de fibrilación auricular, la estratificación del riesgo de eventos cardioembólicos constituye un problema clínico de primera magnitud ya que las herramientas clínicas actuales no identifican a aquellos pacientes que se pueden beneficiar de terapia antitrombótica como prevención primaria”, explican los investigadores del HGUGM, el cardiólogo Javier Bermejo y el ingeniero Pablo Martínez-Legazpi, que también desarrollan este proyecto científico en el Centro de Investigación Biomédica en Red Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) y el Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón (IISGM). Con el proyecto PREFI-CM esperan conseguir nuevas herramientas, basadas en la simulación del flujo en el interior del corazón (ver vídeo), que sean capaces de personalizar el riesgo de ictus y tomar decisiones de tratamiento que minimicen el riesgo de sufrir esta complicación.
Simulación del flujo de sangre (vectores de velocidad en verde) y del tiempo de residencia (sombreado en azul-negro) en el interior de la aurícula izquierda de un corazón humano.
Billetes de amor furtivos
Las “cosas del corazón” también se investigan desde una perspectiva historiográfica. Es el caso, por ejemplo, de las cartas y los billetes de amor. Estos últimos quizá representan la expresión más directa y menos solemne del sentimiento: notas con mensajes breves, sin una estructura estándar, habituales durante el Siglo de Oro, que se enviaban directamente al receptor a través de un tercero (a menudo un sirviente o una alcahueta) con una intencionalidad muy directa: “Son muy raros de encontrar, porque la persona que lo recibía solía destruir el billete al leer el mensaje”, explica Diego Navarro Bonilla, profesor del Departamento de Biblioteconomía y Documentación de la UC3M y experto en paleografía (la ciencia que estudia la escritura en los documentos antiguos). En su libro “Del corazón a la pluma: archivos y papeles privados femeninos en la Edad Moderna”, analiza algunos de estos billetes que se conservaron insertos en un proceso inquisitorial del siglo XVII, como éste de 1641 que se custodia en el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza.
Son mensajes efímeros, a menudo pasionales, esbozados en fragmentos de papel que se podían doblar para entregar con discreción. “Representan una singular tipología documental que permite hacer historia de la producción escrita privada, una manifestación breve y directa de la oralidad, que trasciende a diversos ámbitos artísticos”, indica Diego Navarro Bonilla. Es el caso de “La carta de amor” (1670) de Johannes Vermeer (en la imagen) o en muchas obras de teatro de Calderón de la Barca o de Lope de Vega, como “La Cortesía de España” (1619).
Romántico, posible o no
El cine contemporáneo está también atravesado por las cosas del querer, aunque sea desde el supuesto cuestionamiento del amor romántico. En su libro “Crisis de valores en el cine posmoderno” (Cátedra, 2019), Gérard Imbert, catedrático emérito de Comunicación Audiovisual de la UC3M, estudia los nuevos imaginarios en torno a la pareja a través de diversas películas. “Al modelo tradicional de conquista, seducción, sucede la duda (sobre el modelo), la puesta a prueba (del otro y de uno mismo) y el cuestionamiento mismo de la idea de amor (eterno)”, indica. De esta manera, la pareja aparece más como un interrogante que como una estructura estable, un espacio exploratorio en la que la búsqueda de la identidad individual prevalece sobre la construcción de la pareja. Las personas “no se realizan dentro de la pareja sino confrontadas a ella y la pareja funciona cada vez menos como meta y más bien como puesta al desnudo de sus propias disfunciones y de los fallos, de las carencias del individuo”, añade.
Este investigador del grupo TECMERIN (Televisión-Cine: memoria, representación e industria) de la UC3M analiza en el citado libro unas ochenta películas recientes que reflejan esta evolución del concepto de pareja. Un ejemplo paradigmático es ‘Antes del amanecer’ (1994), de Richard Linklater, en la que Jesse (Ethan Hawke) y Céline (Julie Delpy) se encuentran en un tren y pasan la noche caminando por Viena conociéndose. “Esta es la película por antonomasia de los amores líquidos — señala Gérard Imbert —, siguiendo el concepto de Zygmunt Bauman”. Estas son las relaciones interpersonales que se desarrollan en la posmodernidad, caracterizadas por la falta de solidez, la fugacidad, superficialidad y un menor compromiso. Aparecen en las películas nuevos planteamientos de pareja, como estas relaciones intermitentes de la saga ‘Before’, los amores a distancia (‘10.000 km’, 2014, de Carlos Marqués-Marcet) o incluso el amor virtual (‘Her’, 2013, de Spike Jonze). “De la mayoría de las películas analizadas se desprende una idea que recorre la posmodernidad: la prevalencia de lo individual sobre lo colectivo y sus corolarios: el fin del compromiso, la crisis identitaria, la desestabilización de las relaciones y la reivindicación de un libre albedrío liberado de todas las constricciones sociales”, argumenta Imbert. En resumen: los amores de película ya no son como los de antes, pero son.