La profesora de la UC3M, Concha Monje, ha sido seleccionada junto a otros doce investigadores para formar parte de la Selección Española de Ciencia 2017 por sus investigaciones sobre arquitectura de control de robots humanoides. Esta iniciativa de la revista Quo y el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) busca reconocer a científicos españoles destacados con el fin de reivindicar la importancia de la ciencia y aumentar su repercusión social.
Actualmente la línea de investigación en la que trabaja la profesora Monje se centra en el diseño y control de eslabones blandos para robots, lo cual permite la creación de robots más flexibles y con mayor capacidad para adaptarse a entornos cambiantes. Según Monge, “la robótica blanda es el futuro de la robótica”.
TEO es un robot humanoide creado en la UC3M de uso asistencial en cuyo diseño ha participado, ¿es la apariencia humana una parte esencial del futuro de la robótica?
Así es. El hombre tiene una cierta obsesión por crear máquinas a su imagen y semejanza, como se ha podido comprobar a lo largo de la historia y tantas veces se ha retratado en el mundo del cine, el arte y la literatura. Además, más allá de la mera estética, el replicar a distintos niveles las funciones del cuerpo humano es un acierto, porque nuestro cuerpo funciona de manera muy robusta y eficiente, y eso es algo que la robótica persigue.
¿El uso de robots podría deshumanizar el trato con enfermos y mayores?
El uso de robots asistenciales para aplicaciones con enfermos y mayores no pretende desplazar en ningún caso al ser humano. Se trata de aportar tecnología para aliviar las tareas de las personas que cuidan a estas personas y proporcionar una herramienta que sirva, por ejemplo, para el propio entretenimiento del paciente o usuario, o para su entrenamiento mental y motor. Los robots serán de gran ayuda en este campo, como ya se está demostrando desde hace años.
¿Cómo se define desde la ciencia a un robot inteligente?, ¿hasta qué punto las máquinas que ya existen lo son?
La inteligencia es un concepto amplio y complejo. La tendencia actual, desde el punto de vista de la Inteligencia Artificial, es dotar al robot de una inteligencia cercana a la humana, de manera que no pudiéramos distinguir si interaccionamos con un humano o un robot. Esto entraña el desarrollo de numerosas habilidades por parte del robot, tanto de computación como verbales, entre otras muchas. Y no hay que olvidar la Inteligencia Emocional, que juega un papel fundamental en este campo.
Los robots actuales están aún muy lejos de ser considerados inteligentes, pero se están dando pasos de gigante en este sentido y muy probablemente llegaremos a crear robots con inteligencia comparable a la humana en ciertas facetas.
¿Se convertirán los robots en parte de nuestra vida diaria?, ¿cuántos años necesitaremos para ver a los robots integrados en nuestra sociedad?
Totalmente. Ya están muy integrados en nuestro entorno de trabajo, principalmente en entornos de trabajo industriales. Pero, claramente, en la sociedad actual ya convivimos con máquinas. Al ritmo que evoluciona la tecnología y la robótica, podremos notar cambios sustanciales en una década.
¿Cómo valoras haber sido elegida para formar parte la Selección Española de Ciencia 2017?
Para mí ha sido una sorpresa y un orgullo haber recibido este premio. Se ha reconocido la labor de grandes científicos de nuestro país, y es un honor formar parte de este equipo. Este tipo de premios suponen un reconocimiento a la labor de los científicos y fomentan la divulgación de las investigaciones que se llevan a cabo en muy diversos ámbitos de la ciencia, lo que repercute de forma muy positiva tanto en los científicos como en la sociedad. Nos necesitamos mutuamente para poder avanzar y resolver de forma eficaz los retos que se van planteando a lo largo de nuestra existencia.
Perfil de Concha Monje
Concha Monje (Badajoz, 1977) es investigadora del Robotics Lab del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). Es doctora en Ingeniería Industrial y una de las responsables de TEO, un robot humanoide de 60 kilos de peso, capaz de caminar y manipular diversos objetos. Ha participado como asesora científica en la película de ciencia ficción Autómata. En esta cinta, protagonizada y producida por Antonio Banderas, se recrea un futuro donde los robots humanoides toman conciencia propia.