UC3M Senior: Entrevista a Alejandro Belaústegui
Alejandro Belaústegui, antiguo alumno del Programa de Formación para Mayores de la UC3M, ha participado recientemente, junto a su hijo Zain, profesor de la Facultad de Ciencias de la Tierra y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona (UB), en una investigación sobre icnofósiles urbanos en edificios modernistas en Barcelona.
¿Por qué después de una vida profesional, decidiste volver a la universidad?
Cuando me jubilé, mi hijo mayor, que en esos momentos estudiaba Derecho en la UC3M, sabiendo que mi mayor deseo después de mi jubilación era dedicarme a cultivar y ampliar mis conocimientos culturales y dedicarme a escribir, me comentó que en la universidad se había creado un programa de “Universidad para mayores”, que permitía la obtención del “Título en Cultura y Civilización”. Me examiné, aprobé el ingreso y me matriculé en septiembre de 2001. Terminé la carrera, con sobresaliente, el curso 2003/2004. A partir de ese momento empecé a escribir y a colaborar con diversas publicaciones, como La Opinión de Zamora, Diario de Cádiz, Diario de Córdoba, Granada Hoy o El Norte de Castilla, entre otras. Mis proyectos, desde mi paso por la UC3M, siempre han estado dedicados a la investigación, principalmente en el campo de la cultura y de la historia, y han estado abocados, en su mayor parte, a la recuperación de personajes injustamente olvidados y a veces ignorados por la historia, en campos tan dispares como la medicina, la ingeniería, la escultura, la pintura, el derecho, el teatro, la arquitectura, la filosofía, entre otros. Ello me ha llevado a poder tener acceso a los principales archivos nacionales, y tomar contacto con archivos de Sudamérica y Estados Unidos.
Has participado en esta investigación junto a tu hijo, ¿de qué parte en concreto del estudio te has hecho cargo?
Mi participación en el trabajo el Lapillitubus montjuichensis, sobre el primer fósil urbano descubierto en Barcelona, se ha desarrollado dentro del contexto histórico relacionado con los edificios y la época en que fueron construidos, así como sobre la localización de las canteras de las que procedían las piedras que se utilizaron para su construcción. Los edificios, citados en nuestro trabajo, estuvieron construidos entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, y pertenecen al movimiento de renovación cultural conocido como Modernismo, que tenía una vocación de vuelta a la naturaleza y al culto a la artesanía, rechazando la arquitectura industrial del siglo XIX. En Cataluña tuvo unas características muy especiales, adquiriendo una personalidad propia, el conocido como Modernisme. Los edificios de la Casa de Pacual i Pons, el Palacio de Justicia y la Aduana citados en el trabajo fueron diseñados por Enric Sagnier (1858-1931), uno de los arquitectos modernistas más prolíficos con más de 400 obras catalogadas. La Casa de Pascual i Pons, situada en el Paseo de Gracia nº 2, eje de la Barcelona moderna, fue construida entre los años 1890 y 1891. En la construcción de este edificio se empleó piedra de las canteras de Montjuïc –en las que se encontraron las trazas fósiles– y fue declarado Bien Cultural de Interés Social. El Palacio de Justicia, monumental edificio del barrio del Eixample, fue proyectado en 1886 por los jóvenes arquitectos Enric Sagnier y Josep Domèneh i Estapà, situado en el Paseo de Lluis Companys. Fue construido con piedra color pardo-beige procedente de las canteras de Montjuïc, y en cuyas piedras se volvieron a encontrar icnofósiles. Este edificio también está declarado Bien Cultural de Interés Social. Y, por último, el edificio de la Aduana proyectado por Enric Sagnier en 1896, que contó con la colaboración del también arquitecto Pere García Faria. En esta construcción se empleó piedra de color grisáceo y de tonos amarillentos y rosados de las canteras de Montjuïc, en las que también aparecieron trazas de madrigueras fósiles.
El fósil encontrado es el primer fósil urbano descubierto en edificios modernistas, ¿qué ha supuesto este hallazgo para el ámbito de la paleontología?
En el campo de la paleontología, y en concreto de la icnología (ciencia que se encarga de estudiar las trazas fósiles o icnofósiles), este nuevo descubrimiento ha supuesto, además del descubrimiento de un nuevo icnogénero e icnoespecie (Lapillitubus montjuichensis), la ampliación del conocimiento sobre la fauna de invertebrados que durante el Mioceno poblaba la zona deltaica que constituía en esa época la actual montaña de Montjuïc. En concreto, y gracias a la comparación con análogos actuales, se ha podido concluir que muy probablemente estas madrigueras fueron excavadas por gusanos marinos de la familia de los terebélidos.
¿Cómo surgió la idea de colaborar en esta investigación?
Durante uno de los muchos paseos que venimos dando con nuestros hijos, desde hace años, por las calles de Barcelona, siempre con la ilusión de descubrir nuevos rincones o edificios singulares, mi hijo menor, que es un gran observador, como buen científico, pudo ver unas señales, muy características según él, de unas trazas fósiles muy interesantes y bien definidas en unos sillares de un edificio –obra del arquitecto Enric Sagnier– de estilo modernista-ecléctico, situado en el Paseo de Gracia de Barcelona, conocido como “Casa de Pascual i Pons”. Ante este descubrimiento, mi hijo inició la busca en otros edificios de Barcelona, para comprobar si efectivamente este descubrimiento se confirmaba con la localización de restos fósiles similares, y efectivamente la busca dio resultados ya que fueron localizadas huellas de otras trazas fósiles en los edificios del Palacio de Justicia y la Aduana, y también de Enric Sagnier. A partir de estos descubrimientos mi hijo inició un trabajo científico para ampliar datos sobre el tema, y me encargó que yo me ocupara de la parte histórica.